Crónica del partido BARCELONA - LEGANéS. Jornada 31.

Sorprendió Valverde por enésima vez con un 11 en el que descansaban Busquets (fuera de la convocatoria), Jordi Alba y Umtiti, relevados por André Gomes, Semedo y Vermaelen. Sergi Roberto aparecía de lateral izquierdo, Semedo en la derecha y Gomes completaba un mediocampo de 3 con Rakitic y Coutinho. Parece que por fin empiezan a aparecer las rotaciones en Can Barça.

Como casi siempre, el partido duró hasta que quiso Messi. Después de 27 minutos de asedio azulgrana ante un aguerrido Leganés prácticamente encerrado en su campo y abandonando a su suerte al islote Amrabat, una falta en la frontal del área significó el 1-0 obra del argentino. El 2-0 llegó 6 minutos después, cuando Leo aprovechó un buen pase de Coutinho para batir a Cuéllar, que quizá pudo hacer algo más ante el flojo disparo del rosarino.

La segunda parte respondió al guión habitual para estos casos. El Barcelona bajó el pistón buscando que transcurrieran los minutos y reservando fuerzas para futuros compromisos más exigentes, y el Leganés se estiró llegando en varias ocasiones a las inmediaciones del área de Ter Stegen, que apenas tuvo que intervenir hasta que la desidia blaugrana desembocó en el 2-1 de El Zhar, que batió al alemán de tiro cruzado desde la frontal del área, tras tocar mínimamente el balón en Sergi Roberto.

Reaccionó Valverde dando entrada a Jordi Alba por un discreto Sergi Roberto, y a Iniesta por un Coutinho desacertado, pero la decoración no cambió para nada y el partido fue languideciendo con jugadas de escaso peligro en las dos áreas, hasta que Messi decidió que la emoción se había acabado y en el 87 cazó un balón suelto en el área para batir a Cuéllar nuevamente y poner el definitivo 3-1.

En resumen, y como se suele decir en estos casos, lo mejor el resultado. Como añadido destacar que el Barcelona iguala el récord de 38 jornadas de Liga sin perder que ostentaba la Real Sociedad desde 1980.

En clave Comunio, destacar el merecido 0 de Luis Suárez, fallón, desconcentrado y perdido en batallas personales durante todo el partido.