-O noso derbi- se va para Vigo.

Hablamos de una historia de amor-odio. Su primera cita nos lleva al 2 de Marzo de 1929, en Coruña. Ambos se miraron a los ojos y sabían no era un partido más, sabían que estarían de cierta manera unidos, el resto de sus vidas. Conocieron a más equipos por el camino, pero era inevitable ver el calendario y no ponerse nervioso, llegaba EL PARTIDO. Llegaba ese azul celeste, esas rayas blanquiazules, norte y sur, canteras, cuidades, se competía por todo, pero la atracción era obvia.

El destino llevó a los del norte por un increíble camino de éxitos entre los más grandes de Europa, imposible no recordar ese Súper Depor, imposible no recordar a Donato, Mauro Silva, Fran, Makaay. Ganaron importantes trofeos, los cuales echarán en cara hasta que la muerte los separe. Los del sur, los riquiños, su camino ha sido bastante más duro, algunas finales de Copa perdidas y algún descenso por el camino. Equipo siempre vistoso y peleón, querido por la mayor parte de sus rivales. Mostovoi, Karpin, Gudelj, Makelele... ¿Os suenan? Estamos destinados a entendernos en cierta manera, somos gallegos y queremos vivir y disfrutar como gallegos. No quiero un Depor en segunda, quiero ganar como hoy, en su campo, una y otra vez, en primera. Cierto es que en los últimos 10 años de Liga, el Celta se ha llevado 7 victorias, el Depor 5 y 2 empates, los datos hablan.

La temporada pasada nos hemos llevado ambos encuentros con el mismo proganista de hoy, aquel jovencito de Moraña, un pequeño avión con una clase a la altura de los más grandes, ídolo de masas y capitán de nuestro barco. Sin incidentes volvemos para Vigo, felices por la victoria. No olvides nunca Depor, que te quiero lejos pero lo suficientemente cerca para poder tocarte, y esque no puedo estar sin ti, no hay manera.