[Real Betis] Dicen que tampoco nunca se rinde

Vuelve el Eurobetis. Un Betis libre, limpio, de todos. Se enarbolará la bandera verdiblanca por los campos de Europa. El conjunto de Quique Setién ha devuelto la sonrisa a la afición de Heliópolis y ha conseguido cambiar el receptor de los chascarrillos en las tabernas sevillanas. 

Cambiaba el entrenador cántabro Las Palmas de Gran Canaria por Sevilla el mes de julio pasado con el objetivo de devolver la autoestima a un equipo que se había acostumbrado a vivir bajo el yugo de su rival ciudadano. Desde la última aparición del Betis en la máxima competición continental hace trece años, el Sevilla ha ido engrosando su palmarés de un modo brillante. Los mismos años lleva el conjunto verdiblanco sin levantar un título oficial. Su última hazaña la Copa del Rey del año 2005.

En todo este tiempo tampoco le fue mucho mejor al equipo verdiblanco en sus duelos directos con el Sevilla. Más derrotas que victorias en el derbi y un descenso de categoría en la temporada 2013-2014 dejaban patente el dominio sevillista en la ciudad. El Betis vivía agonizando en un eterno domingo de pasión.

Un claro en el bosque. El séptimo puesto en la temporada 2012-2013 permitiría al Betis disputar, como ahora, la Europa League. El destino quiso emparejar a ambos conjuntos sevillanos en octavos de final. Victoria verdiblanca en la ida en el Sánchez Pizjuán por cero a dos. La vuelta en Heliópolis fue la constatación de que aquello del que nunca se rinde, de momento, aún era cosa del equipo de Nervión. Una vez igualada la eliminatoria, victoria sevillista en la tanda de penaltis. Como un mal preludio, a final de temporada se consumaba el descenso de categoría del Betis.   

Tres temporadas y dos decepciones después, Setién llegaba al banquillo con una idea clara del estilo que quería aplicar. Conocido por el buen trato que dan sus equipos a la pelota y tras unos inicios de temporada un tanto titubeantes, sobre todo en cuanto a convertir los partidos en correcalles, la llegada de Bartra en enero aportó la solidez defensiva que su proyecto necesitaba. La experiencia y la segunda juventud de Joaquín, que volvía años después a la que fue su casa, tras impartir clases de fútbol en Italia pero recibir poquitas clases de la lengua de Petrarca, sumadas a la aparición magistral de canteranos como Junior, Francis, Loren o Fabián, ayudaban al equipo verdiblanco a revertir la situación vivida en la capital hispalense en estos últimos años. El bien trabajado esquema de Setién, la aparición en este último tramo de temporada de Boudebouz o el orden que imparten Javi García y Guardado en la medular también han facilitado que el cuadro verdiblanco haya alcanzado por méritos propios el premio europeo.

Para la memoria verdiblanca quedará también la manita que le endosó al Sevilla esta temporada en el Sánchez Pizjuán. Un Betis que ha ido de menos a más a lo largo de la temporada y un entrenador sevillista al que le parecía una utopía que el conjunto verdiblanco superase en la tabla a su Sevilla. A buen seguro que el vestuario del Betis ha estado empapelado con las declaraciones de Montella desde aquél día. Deseando están los béticos que llegue el derbi en Heliópolis del próximo mes de mayo. A ver dónde están ahora los unos, a ver por dónde se han ido quedando los otros.

Han pasado muchos años y mucho ha cambiado la vida, pero ahora el Betis puede alzarse orgulloso. No solo paseará su fútbol por el viejo continente, sino que ahora también puede mirar de tú a tú a los ojos del vecino y recordarle que él tampoco nunca se rinde. Que son horas de que el Betis, el verde y el blanco empiecen a mandar en Sevilla.